Hablar hoy
de Pedagogía es evocar un campo de conocimiento cruzado por diferentes
perspectivas y tensionado desde múltiples intereses y fundamentos, lo cual
impide abordar una definición unívoca.
La idea de campo, como metáfora espacial
resulta fértil si con ella reunimos la posición de agentes, agencias y saberes,
que al decir de M. Díaz, luchan por la configuración de un dispositivo de
control simbólico que recontextualiza, transforma y reproduce la cultura y las
ciencias en una sociedad, determinada.
La pedagogía ha penetrado al campo de las mediaciones con lo cual cambia su significado tradicional y transforma las relaciones estado-sociedad civil. Es dispositivo de control. Los cambios en la producción y en el consumo económico y cultural, en la estructura misma de la interacción social han planteado también un
cambio en las mediaciones de la pedagogía.
En Colombia
se reconoce que es a partir de la década de los 80 cuando “florece el campo de
la investigación pedagógica” debido entre otros acontecimientos a la superación
del enfoque de la tecnología educativa que la había “enrarecido” al subsumirla
entre las ciencias de la educación y le había asignado una existencia subordinada,
una conceptualización desarticulada, una atomización de su objeto y un carácter
instrumental.
Acontecimientos como el Movimiento Pedagógico, la nueva legislación educativa, el auge de los postgrados en educación, la profusión de publicaciones en educación y pedagogía, la consolidación de Centros de investigación en universidades públicas y privadas, las políticas del Instituto Colombiano para el fomento de la Educación Superior (ICFES) y el Programa de estudios Científicos en Educación y Pedagogía en COLCIENCIAS además de los cambios paradigmáticos en cuanto al objeto y método de las Ciencias Sociales nos permiten disponer hoy de un suelo de saber sobre la enseñanza, la instrucción, la formación, la educación, la didáctica y el aprendizaje, que son convocados bajo el concepto pedagogía.